La adolescencia es una etapa crucial en el desarrollo de nuestros hijos, y con ella llegan multitud de desafíos incluido, en ocasiones, el que puede suponer enfrentarse al fracaso escolar.
Hasta cierto punto es normal que los jóvenes sufran dificultades en el ámbito académico en algún momento de su trayectoria educativa. Sin embargo, el papel de madres y padres resulta fundamental para ayudarles a superar estos obstáculos.
En este artículo queremos ofrecerte algunos consejos a la hora de afrontar casos como estos. El fracaso escolar en nuestros hijos debe tratarse con la seriedad que merece, pero es importante tener en cuenta que la senda puede reconducirse en la mayoría de los casos, y en esta línea debemos trabajar.
Mantén una comunicación abierta y empática
El primer paso para combatir el fracaso escolar en adolescentes es establecer una buena comunicación con nuestros hijos.
Esto significa dedicarle tiempo a escuchar sus preocupaciones y miedos, así como las frustraciones que experimentan, sin juzgarlos ni minimizar sus circunstancias.
Demostrarles empatía ayudará a brindarles confianza y hacerles sentir que pueden contar con nuestro apoyo incondicional, pase lo que pase.
Identifica las causas subyacentes al fracaso escolar
Detrás del fracaso escolar pueden esconderse circunstancias muy diversas, y es importante tratar de conocerlas. No nos olvidemos de que estamos ante una etapa vital compleja, y no siempre es fácil comprender la psicología del adolescente.
No todos los casos son iguales. Puede haber problemas de aprendizaje, dificultades de concentración, trabas emocionales, episodios de acoso escolar, situaciones difíciles en el hogar, malas compañías o amistades que están influyendo…
Sin conocer a fondo la raíz del problema es difícil encontrar la mejor solución. De ahí la enorme importancia que tiene lo que comentábamos en el punto anterior, sobre la comunicación con el adolescente.
Evita culpar y avergonzar
Como padres y madres, es importantísimo comprender que necesitamos que nuestro hijo/a se abra a nosotros. Que nos transmita cómo se siente en esta situación para que podamos apoyarle de la mejor forma posible. Y para ello es crucial evitar culparle o avergonzarle por sus fracasos académicos.
En su lugar, debemos mostrar comprensión y recordarle que todos enfrentamos desafíos en muchos momentos de nuestras vidas.
El objetivo debe ser reforzar una actitud positiva y alentadora, educando en valores y ayudando a nuestros hijos a mantener la motivación que les lleve a superar las dificultades que se encuentren.
Fomenta su responsabilidad y autonomía
Aunque en un primer momento podemos pensar que ante el fracaso escolar la reacción lógica es aumentar el control sobre el día a día del adolescente, esto no es buena idea. Hay que mantener un equilibrio en el que, por un lado, estemos pendientes de cómo evoluciona; pero por otro respetemos una rutina lógica y ordenada en nuestros hijos. Con normas y límites, por supuesto, pero lógica y ordenada.
Así, en lugar de asumir el control total, debemos fomentar su responsabilidad y autonomía. Para ello podemos ayudarles a establecer metas realistas, así como a crear un plan de acción y una planificación que les lleve a mejorar su rendimiento académico.
Pensemos que al permitirles tomar decisiones y aprender de sus errores, estamos fomentando también el desarrollo de habilidades muy valiosas no sólo a nivel académico, sino en general.
Colabora con el equipo educativo
Mantener una buena comunicación y colaborar con los docentes de nuestros hijos es también esencial para abordar el fracaso escolar. Ellos están en su día a día y conocen de primera mano dónde pueden encontrarse ciertas dificultades.
Además, los docentes pueden aportarnos otra perspectiva de nuestro hijo. Su comportamiento en la escuela o el instituto será, a buen seguro, diferente del que tienen en casa; por no mencionar que conocerán los círculos en los que se mueve en los huecos entre clases, los recreos, al entrar y salir del centro, etc.
Evidentemente, no se trata de pedirle al docente que actúe de “espía”. Pero sí nos ayudará a entender mejor ciertos comportamientos, actitudes o preocupaciones que nuestro hijo/a puede tener.
Además, y como es lógico, una comunicación fluida con los profesores nos permitirá conocer el progreso académico que nuestro hijo vaya experimentando, en función de la orientación y el apoyo que le demos en casa.
Reconoce el esfuerzo, no únicamente el resultado
Si todo va bien, un buen enfoque sobre la situación de fracaso escolar en la línea de lo que estamos comentando ayudará a enderezar las cosas rápidamente. Pero, en cualquier caso, es importante reconocer y celebrar el esfuerzo y la dedicación de nuestros hijos, en lugar de centrarnos únicamente en los resultados que obtengan.
Esto es así porque cada caso es un mundo, y aunque muchos chicos y chicas recuperarán pronto el ritmo normal de estudio y las buenas notas, a otros les costará más. En esas situaciones, cuando hemos notado que ha existido un verdadero esfuerzo aunque el resultado no haya acompañado, es cuando debemos reforzar nuestro apoyo.
Esto les ayudará a construir una autoestima positiva y a desarrollar una mentalidad de crecimiento, donde vean el fracaso como una oportunidad para aprender y mejorar.
Solicita apoyo profesional cuando la situación no mejora
A pesar de todo lo anterior, tristemente existen casos de fracaso escolar que por su complejidad, los factures subyacentes u otras causas complejas, no se solucionan en casa. En estas circunstancias nuestro mejor consejo es que acudáis a un profesional lo antes posible.
Esto es especialmente importante si notas que tu hijo/a está lidiando con problemas emocionales o de comportamiento más profundos. En estos casos el apoyo profesional de psicólogos o terapeutas especializados en adolescentes resulta fundamental. Y, además, cuanto antes mejor.
Si te encuentras en una situación así y necesitas ayuda, recuerda que desde Adinfa ponemos todos los medios y el equipo humano especializado necesarios para atenderos. Puedes contactarnos aquí.