La violencia de género es una lacra social que lleva años siendo combatida desde diferentes frentes en nuestro país, y que por desgracia tiene su reflejo también entre los más jóvenes. Según la última macro encuesta de violencia contra la mujer realizada por el Gobierno, el 24,9 % de las chicas de entre 16 y 17 años ha experimentado violencia psicológica o de control por parte de sus exparejas o actuales parejas. Por su parte, un 16,7 % ha reconocido casos de intimidación emocional, mientras que las agresiones sexuales y físicas se han presentado en el 6,5 % y el 6,2 % de los casos, respectivamente. Estos datos nos demuestran que la violencia de género en adolescentes está muy presente en nuestra sociedad, y representa un problema sobre el que se debe actuar de forma inmediata.
La Memoria de la Fiscalía Superior de Andalucía del año 2020 revela que se ha producido un aumento en la comisión de delitos contra la libertad e indemnidad sexual, habiéndose incoado en dicho ejercicio 120 expedientes relativos al delito de agresión sexual y 155 expedientes por delito de abuso sexual.
Quizás una de las primeras señales de alarma la encontremos en que los datos anteriores contrastan con la opinión de muchos chicos de entre 15 y 29 años, ya que según el estudio ‘Percepción de la violencia de género en la adolescencia y la juventud’ uno de cada cinco la considera como un “invento ideológico”.
La mayoría de los adolescentes identifica esta problemática cuando existe violencia física o sexual, pero en cambio sólo uno de cada tres hace lo propio en casos de intimidación psicológica o control. De hecho, resulta terrorífico comprobar que un tercio de los jóvenes ve “aceptable” controlar los horarios de su pareja, evitar que vea a familiares o amigos, e incluso decirle qué puede o no hacer.
Las percepciones reflejadas en este tipo de estudios nos demuestran que, desgraciadamente, la violencia de género en adolescentes es muy real y cada día se hace más palpable a nuestro alrededor.
Causas de la violencia de género en adolescentes
Al igual que ocurre con muchos otros problemas, es necesario buscar la raíz para atacar esta lacra desde su origen. En este sentido, desde Adinfa coincidimos con los expertos en que existen diversas causas de la violencia de género en adolescentes, donde se combinan factores socioculturales, contextuales e individuales, y que en mayor o menor medida explican la situación en la que nos encontramos.
Falta de autoridad en la educación
Desde Adinfa llevamos años detectando en los padres una importante dificultad para ejercer autoridad en la educación que los hijos reciben en el hogar, y esto sin lugar a dudas tiene un peso importante en esta problemática.
Nos encontramos a diario con madres y padres inseguros y confusos, en muchos casos porque, con su mejor intención, tratan que sus hijos los vean como amigos pensando que es la mejor forma de educarlos. Sin embargo, esto es un error que en muchos casos conduce a situaciones de angustia, falta de entendimiento y bloqueo.
Esta dificultad para ejercer la autoridad abre las puertas a multitud de escenarios, y en ocasiones puede llevar a determinadas conductas adictivas, a la pérdida de respeto hacia los progenitores, a casos de agresión filioparental e, incluso, a situaciones de violencia de género en adolescentes.
Reproducción de modelos patriarcales tradicionales
Una de las causas más señaladas por los expertos en relación a la violencia de género en adolescentes se encuentra en el hecho de que en muchos hogares españoles continúa existiendo un modelo patriarcal más o menos estricto.
Esta realidad se traduce en que los jóvenes adquieren desde muy pequeños la percepción de que en su casa quien “manda” es el padre. En muchos casos la figura paterna continúa teniendo hoy en día un mayor impacto emocional y afectivo sobre los hijos, lo que combinado con modelos educativos débiles y con la falta de comunicación que existe en muchos hogares, perpetúa la sensación de que es normal ser más controlador si se es hombre.
Las consecuencias de esta creencia ramifican hacia comportamientos negativos y opiniones como los que vimos anteriormente, llevando a muchos jóvenes (tanto chicos como chicas) a pensar que es hasta cierto punto, normal, controlar a sus parejas sin que esto se considere violencia de género. Es decir, que provoca no sólo que los varones perpetúen esta situación, sino que además, impide a las mujeres identificar las señales de alarma de un posible maltrato y actuar temprano.
Situaciones de maltrato o abuso en el hogar
Otra de las causas de la violencia de género en adolescentes más señaladas se encuentra, como no podía ser de otro modo, en casos de maltrato o abuso que tanto muchos jóvenes como sus madres pueden experimentar en el hogar.
Convivir con este tipo de situaciones deja una huella difícil de borrar, especialmente en los casos de abusos sexuales y cuando estos no han sido convenientemente identificados y tratados. Este problema puede terminar por reaparecer en la adolescencia, manifestándose a través de comportamientos similares o incluso idénticos a los sufridos por estos jóvenes, o cuando han sido espectadores silenciosos de los mismos durante años.
Familias disfuncionales debido a problemas con las adicciones
Las adicciones juegan un importante papel sobre la evolución de la vida familiar y, en ciertos casos, pueden llegar a convertirse en el origen de numerosos problemas, entre ellos la violencia de género en adolescentes.
En estas familias el alcohol y las drogas generan disfuncionalidad en los roles que cada uno de los miembros de la familia, y a menudo conllevan una serie de consecuencias catastróficas para los hijos en forma de maltrato psicológico y/o físico y social.
Otras causas de la violencia de género en adolescentes
Además de todo lo comentado, desde Adinfa consideramos que existen también otros motivos que, en mayor o menor medida y en combinación con otras causas, explican por qué la violencia de género entre nuestros jóvenes es cada día más visible y preocupante.
La inseguridad y la baja autoestima que sienten muchos adolescentes en la actualidad, provocadas en muchos casos por los modelos de belleza predominantes en la televisión y el cine, y magnificados a través de las redes sociales, constituyen por ejemplo un preocupante caldo de cultivo en el que se dan muchas situaciones de abuso.
Además de estos motivos, tampoco podemos olvidarnos de la influencia que puede llegar a ejercer en nuestros hijos la relación que estos mantengan con otros chicos y chicas de su edad, que de algún modo representen situaciones como las comentadas anteriormente, o que estén asociados con grupos marginales o conflictivos.
Cómo prevenir la violencia de género en adolescentes desde el hogar
Hablar de soluciones a nivel general en un problema tan complejo como el de la violencia de género en los más jóvenes resulta complicado. Ante tantos orígenes posibles y combinación de factores que provocan esta situación no pueden ofrecerse fórmulas mágicas. Sin embargo, en Adinfa creemos que hay mecanismos que pueden aplicarse desde el hogar para abordar esta problemática, y queremos compartir contigo algunas ideas a continuación.
Educar con autoridad positiva
Es normal que los padres y madres sientan la necesidad de proteger todo lo posible a sus hijos. Desgraciadamente, debido al mundo en el que vivimos, en ocasiones esto se convierte en sobreprotección y termina siendo contraproducente, porque debilita emocionalmente a los jóvenes y les impide prepararse por sí mismos para la realidad que les espera fuera del hogar.
Muchos progenitores creen erróneamente que la ausencia de límites y de reglas ayuda al adolescente a madurar, pero esto rara vez es así. Educar implica querer, pero de forma ordenada y sistemática, a través de normas, autoridad y una comunicación basada en el respeto mutuo.
Por eso desde Adinfa intentamos mostrar a madres y padres cómo educar con autoridad positiva a sus hijos, evitando errores y ayudándoles a comprender que la autoridad no está reñida con el amor que les tienen.
Dialogar para evitar conflictos
Muchos progenitores nos reconocen cuando vienen a Adinfa que no saben cómo hablarle a un adolescente. Somos conscientes de que la adolescencia es una etapa que marca importantes cambios en la vida de nuestros hijos, que en este momento se lo replantean y cuestionan todo, y tienen dificultades en el control de los impulsos, por lo que les cuesta más respetar las normas.
Precisamente esta situación es la que hace que el diálogo tome un papel fundamental a la hora de solucionar conflictos. La comunicación con el adolescente se convierte en algo imprescindible en el hogar, sobre todo cuando detectamos situaciones o comportamientos que nos inquietan, y que podrían llegar a considerarse violencia de género en adolescentes.
Aprender a detectar situaciones negativas
¿Está mi hijo presentando problemas de conducta que puedan escalar hacia la violencia de género? ¿En qué factores debería fijarme? ¿Cuál es la mejor forma de actuar? Aunque sean preguntas duras, como progenitores tenemos la obligación de aprender a detectar ciertas situaciones para diferenciar un caso simple de rebeldía de algo que puede ser un problema mayor.
Descubrir que nuestro hijo es excesivamente celoso con su pareja, que le responde de forma airada o despectiva, que hace comentarios machistas o discriminatorios en forma de bromas mientras está con amigos u otros familiares de su edad como primos… son señales de alarma que deben hacernos actuar.
No en todos los casos es fácil reconocer que nuestro hijo tiene problemas de conducta, ya que muchas manifestaciones de violencia de género pueden darse en lo privado. De ahí que sean tan importantes la educación y la comunicación que comentábamos anteriormente.
Comprender la psicología del adolescente
Como podrás imaginar, a todo lo anterior ayuda que comprendamos lo mejor posible a nuestros hijos. Descubrir al joven que tenemos en casa es fundamental para saber por qué actúa como lo hace, y para que nos resulte más sencillo diferenciar aquellos comportamientos normales de otros anómalos que deberíamos seguir de cerca.
Aquí en el blog ya hablamos hace unos meses de cómo entender la psicología del adolescente, lo que pasa por asumir que esta etapa conlleva dificultad para controlar sus emociones y cierta tendencia a transgredir las normas. No obstante, comprender esta fase no significa desentendernos como padres, sino muy al contrario: es en estos momentos cuando más necesario resulta ejercer una autoridad positiva en la educación de nuestros hijos.
La experiencia que tenemos en Adinfa nos demuestra que aquellos padres y madres que se esfuerzan por entender y comunicarse mejor con sus hijos tienden a experimentar menores problemas en el hogar, y que además son capaces de detectar y actuar con mayor prontitud ante cambios de conducta o patrones de comportamiento sospechosos.
Construir un modelo desde el hogar
Además de todo lo anterior, tampoco podemos olvidar que muchos niños terminan por replicar lo que ven en casa. Por eso no debería hacer falta ni comentar que una de las mejores formas de acabar con la violencia de género en adolescentes pasa por no perpetuar este modelo desde el hogar.
Las parejas de progenitores deben predicar al máximo con el ejemplo en este sentido, evitando no sólo ya situaciones de agresividad o excesivo control, sino incluso pequeños detalles más sutiles que siguen perpetuando modelos familiares patriarcales. Ya decíamos antes que muchos chicos y chicas siguen pensando hoy en día que la figura paterna tiene mayor autoridad, lo que a menudo ocurre por comportamientos machistas.
No colaborar en las tareas domésticas, asumir un control excesivo sobre aspectos como las finanzas del hogar, tratar de imponer siempre las opiniones propias en las discusiones familiares, excluir a la mujer de la toma de ciertas decisiones… son comportamientos que deben evitarse para fomentar vínculos de respeto e igualdad entre todos los componentes de la familia y que nuestros hijos crezcan en un modelo de hogar sano.
Cómo actuar ante la violencia de género en adolescentes
En Adinfa creemos que gran parte del trabajo que es necesario hacer en este campo pasa por la concienciación y la educación, no sólo de nuestros jóvenes sino también de la sociedad en general. Por eso intentamos aportar nuestro granito de arena, tanto desde este blog como a nivel de participación de nuestros responsables en diferentes eventos con entidades públicas y privadas.
Si como padre o madre te preocupa que tu hijo pueda estar desarrollando un comportamiento machista que pudiera derivar hacia la violencia de género a su pareja o expareja, en primer lugar, te recomendamos prestar atención a lo que hemos ido comentando en este artículo. Tratar de entenderlo y comunicarte con él son aspectos clave para conocer la fuente del problema, ya que no es lo mismo abordarlo desde una perspectiva de falta de autoestima o seguridad del adolescente que por otros motivos más complejos.
Si necesitas ayuda en este proceso te recomendamos acudir a especialistas en psicología juvenil. En Adinfa ponemos a tu disposición un experimentado equipo de médicos, psicólogos y educadores para ayudar no sólo a los jóvenes, sino también a las familias que están pasando por estos momentos.
Nuestras puertas están abiertas para ayudaros en lo que necesitéis. Puedes contactar con nosotros desde aquí.